La vida es una mirada rápida que apenas se pierde en los recovecos, dando la magnitus de la brevedad como especie. No obstante, un segundo de cualquier vida nos permite ser geniales, descubrir una verdad oculta o proytectarnos en nuestro querer. Así aprendí que los más importante en todo los quehaceres era la empatía, el conectar con el otro...