El pintor Miguel Ángel Ropero bucea en episodios reales del siglo pasado ocurridos en La Rioja en su novela -El quinto: no matarás obispos-, un thriller nada clásico, en el que entremezcla suspense, asesinato y boom inmobiliario, comparte algunos vasos comunicantes con su primera novela, No bebáis agua del pozo (2009), ya que ambas están ambientadas en el universo de la ficticia ciudad Gradiente. Y en el que se indaga sobre hechos recientes ocurridos a mediados del siglo XX con algunos saltos en el tiempo, para aludir a episodios ocurridos en el pasado en La Rioja en relación a la -destrucción moral- del obispo Fidel García.