Las fotografías de Amaia Hodge son reveladoras, contienen una emoción de la que ella misma a veces no es consciente. Le interesa el paso del tiempo, como esa materia indefinible a veces estropea y otras embellece esos lugares que retrató en una época anterior. Su libro, -Souvenir, esto no es una guía de viajes- es un regalo para la vista y para quien quiera conocer las ciudades que ella redescubre desde su mirada infatigable. Tuve la fortuna de conocer su trabajo, en el año 2012, cuando mi primer libro de relatos, "Encuentros nocturnos y otros cuentos", captó la atención de esa cámara que casi siempre lleva consigo. Y sin pensarlo, le propuse escribir un microrrelato para un momento significativo que ella retratara durante cada mes del año 2013. Ella, me ofreció una variante, un regalo generoso, y ambas supimos que habíamos encontrado el camino correcto. El primer mes Amaia me iba a entregar su momento fotográfico para que yo creara ese microrrelato que lo complementara. Al mes siguiente yo le iba a entregar la historia que ese mes me había susurrado para que ella captara la imagen que el microrrelato necesitaba.
A veces ha sido complicado, otras, un verdadero reto, pero estos FOTO-RELATOS, como los hemos denominado, tienen lo mejor de nosotras mismas, nuestra ilusión por este proyecto en común, el valor de la creatividad conjunta y esa impronta personal que los artistas dicen que dejan en sus trabajos y que yo prefiero llamar un pedacito de alma o un aldabonazo desde el corazón.