Este libro o humus, no del capital, guerrea contra el tiempo, hurta el cuerpo a la muerte, potencia, generoso hasta la obscenidad, la prescripción de la lágrima: es grito, lengua, contaminada carcajada que el placer escupe contra el dolor llega de ningún lugar: ningún espacio corrompe el corral desfile del fuego y la duración.
en esta guía viva de ortodoxos y heterodoxos en la poesía contemporánea gallega habla, no lo vencido: lo inagotable: el carrusel de insomnios obediencias ocultaciones: restos de lo aun por celebrar en estos apuntes para no disolverse en la común semilla del tiempo, el poema: la voz. no el oráculo. el tajo la letra el sustento: lo que visibiliza a lo invisible en esta guía viva de ortodoxos y heterodoxos en la poesía contemporánea gallega, los poetas se constituyen en gozosos testigos de lo que sus voces desvelan y así, fieles a lo que en el idioma o en el barro o en la combinatoria que en sus entrañas humea, ganan creen o creen ganar: en esa espuma el rincón de lo vivo con ello, tiempo al tiempo: nada que el corazón de la bestia no se atreva a masticar pues es aquí, siempre es aquí en donde lo que no ha de suceder el vértigo de lo siempre en presente, la invencible consumación de que nada es suficiente sucede el poeta lo sabe, el poema lo masca, el grito la astucia la llama de la desobediencia, ponen carne a tal desvarío: respiran: de nuevo y sin fin el hilo que puntúa al nacido.
90 cuentas vaciando el corazón de la bestia. 90, lentes voces restas, contra la desidia mortal del tiempo: contra el olvido, contra la indiferencia ninguno, más acá del placer de hilvanar miedos -o son rostros?- en el solar de la condena, articula paraísos: vientres de lo aun por o ya consumido. la condena es esta suerte de alegría que nos acuña vivos, este despilfarrar lo dado devorando a carcajada o bocado limpio, lo inalcanzable.
bendita sed la suya!