¿Qué puede significar hoy en día ser tolerante? ¿Significa mirar a otro lado? Si así fuera, la tolerancia sería la virtud de los indiferentes. ¿Significa soportar al prójimo? Si así fuera, la tolerancia sería la virtud de los resignados. ¿Significa respetar a los demás en sus legítimas creencias, tuteladas jurídicamente por lo demás? Si así fuera, la tolerancia sería la virtud de los legalistas. Sin embargo, ninguna de estas respuestas parece satisfactoria. Después de todo, el mundo está lleno de indiferentes, resignados y legalistas que no se distinguen por su tolerancia. Y, en efecto, cuando la persona tolerante cede ante el discrepante, no le es indiferente, ni lo soporta, ni se pliega ciegamente a las normas de un ordenamiento. Y, por cierto, ¿qué sentido tiene ser tolerante con quien discrepa, cuando ya tiene derecho a disentir? Con meridiana claridad, espíritu crítico y un conocimiento profundo del estado de la cuestión, el libro de la profesora Betzabé Marciani nos guía con determinación por este turbulento océano de cuestiones que se anudan en torno al encaje de la tolerancia en los actuales sistemas constitucionales Si la historia privilegió la concepción de la tolerancia como un mero soportar al diferente y potencial enemigo en contextos de pluralismo religioso, su evolución posterior orientó la tolerancia hacia la idea de comprender (y aun de reconocer) al extraño. Los tristes episodios vividos a raíz del debate sobre la publicación de las caricaturas de Mahoma en Dinamarca y Francia subrayan con dramatismo la necesidad de abundar así en un debate de hondas consecuencias prácticas. Las tesis de Betzabé Marciani, atentas a las propuestas del llamado "paradigma ético del reconocimiento", nos ayudan a explorar con ecuanimidad y rigor el alcance del concepto de tolerancia para mostrarnos qué de bueno pueda todavía procurarnos en el mundo en que vivimos esta nueva dimensión moral de la tolerancia, sin perder de vista la original tolerancia estratégica que dio vida al concepto actual.