Diego de Rojas, el hombre que abrió al mundo el desconocido Tucumán, uniendo con su exploración el lejano virreinato del Perú con el Río de la Plata, nació en Burgos en los albores del siglo XVI, comenzando su aventura americana a la temprana edad de 9 años, cuando llegó a Santo Domingo acompañando a su tía, doña María Álvarez de Toledo. Ya en 1523, partiría de Méjico para emprender junto con Pedro de Alvarado la conquista de Guatemala y El Salvador, pasando después a Perú, respondiendo a la petición de ayuda solicitada por Francisco Pizarro, participando allí en los conflictos armados desatados entre los partidarios del citado conquistador y los de Diego de Almagro. Finalizadas dichas disputas Diego de Rojas emprendería la gran exploración del Tucumán perdiendo la vida hacia mediados de enero de 1544, iras ser herido por una flecha envenenada durante un combate con los Indios Juries del cacique Sinchiuaina. El pormenorizado y docto estudio que nos ofrece Fernández Domingo en las páginas de esta obra, resulta fundamental para profundizar en el conocimiento de la figura de Diego de Rojas, cuya importan