A PARTIR DE 3 AÑOS. Algunas veces, Matías se siente grande: cuando puede atarse los cordones de los zapatos y abotonarse la camisa él solo. Pero otras veces se siente pequeño: cuando moja la cama por la noche o se pierde en el supermercado. Aunque casi siempre prefiere ser grande, hay ocasiones en que a Matías también le gusta sentirse pequeño.