KALANDRAKA vendió ya más de 30.000 ejemplares de este cuento de los hermanos Wilhelm y Jacob Grimm, que destaca por su original propuesta plástica. Los personajes son figuras de plastilina, dotadas de gran expresividad. Cada imagen está cuidada hasta el más mínimo detalle, con escenografías elaboradas a base de tela, cartulina, madera o arena, en las que no faltan elementos del bosque y del ámbito del hogar. Así, los árboles, las flores, el agua y las distintas dependencias de la casa de los cabritos contribuyen a situar al lector en la historia, como un espectador de excepción.