Tras la reorganizacion del registro catastral ordenado por el dictador Primo de Rivera en 1923, una serie de pueblos son olvidados por un error burocratico. A partir de este hecho historico, Bernardo Fuster, en esta su primera novela, nos presenta a distintos personajes, unos reales y otros probablemente ficticios, en un texto divertido, irreverente, provocador, acrata, republicano y surrealista en el que se reivindia la clandestinidad frente al poder, el laicismo frente al dogmatismo religioso y la imaginacion y el ingenio frente a la incultura y la desidia, en una España que, a principios del siglo XX, comienza a levantarse contra la injusticia social y la miseria.