Hay una bomba de tiempo que no para de hacer tictac en las
vidas de nuestros hijos. Es algo que está presente en los
colegios, en las guarderías, en los hogares, en nuestro cuarto de
estar y en cualquier lugar de nuestra casa, accesible con facilidad
las 24 horas del día. Se trata de algo que causa discusiones en el
ámbito familiar y que afecta al cerebro de nuestros hijos, a su
comportamiento, a su peso y a su desarrollo. Está cambiando la
forma en la que los niños juegan, el modo en el que socializan y
las actividades que ocupan su tiempo. Esa bomba de tiempo, ese
invasor silencioso, es el uso de los diferentes dispositivos de
pantalla –ordenadores, smartphones, tablets,- y lo más grave es
que los padres, en su mayoría, se sienten incapaces de desactivarla
y, de hecho, muchos de ellos son adictos a ese invasor