La compilación El mundo Hókun, de 1971, es su primera incursión en la ciencia ficción. El autor vertió en cinco relatos, dos de los cuales eran novelas cortas (el que daba título a la antología y Amor en una isla verde, ganador de un premio en la Convención Europea celebrada aquel año en Trieste), las claves de toda su producción posterior. Amor en una isla verde es el primero que sitúa la acción en un planeta con recursos agotados, viviendo en un maremágnum de residuos y con un aire casi irrespirable. 1944 es un precedente de El Señor de la Rueda como El Pulpo lo es de La piel del Infinito. Por ello cabe destacar la importancia de la misma como estudio precursor de sus particulares universos. En la actualidad, Gabriel Bermúdez es uno de los pocos autores de aquella generación que se mantiene en activo, y uno de los más conocidos escritores hispanos de ciencia ficción, que ha suscitado interés en las revistas del género, dónde se han dedicado números monográficos a su obra. Todo ello ha contribuido a que la figura de Bermúdez Castillo sea, en estos momentos, una de las más apreciadas en la literatura fantástica española contemporánea.