Tuve la suerte de conocer a Mirza. Como jugador poseía un talento enorme. Si tuviera que elegir, me quedaría con su elegancia, su pase botando el balón y su tiro desde la esquina en posición vertical. Cuando estalló la guerra en Bosnia se quedó en
Sarajevo con su raja, un término intraducible que significa: grupo de amigos que comparten muchas cosas. Tuvo la ocasión de salir, pero prefirió quedarse con su gente. Decía que no le importaba morir. Vladimir Stankovic