La lectura de las páginas de este trabajo de investigación del Canónigo Archivero-Bibliotecario de Zaragoza, D. Tomás Domingo Pérez sobre el milagro de Calanda, deja en el ánimo de cualquier lector desapasionado la convicción firme de que estamos ante un hecho rigurosamente histórico.
Aparte de los elementos documentales y datos históricos de interés, resulta verdaderamente conmovedor el relato sencillo de esta admirable curación realizada por la intercesión de la Virgen del Pilar La figura del joven Miguel Juan Pellicer en su contexto familiar de Calanda, entregado a las duras tareas del trabajo del campo, en su condición de mendigo junto al templo del Pilar, con su profunda fe cristiana y devoción confiada a la Virgen Santísima, nos recuerda a la de tantos enfermos curados porJesús, a los que el Señor sólo les pedía, como condición previa, que tuvieran fe.
La primera reacción de Miguel Juan, cuando comprueba que la Virgen Santísima lo ha curado, es pedir a su padre que "le diese la mano y le perdonase de todo lo que hasta entonces le había ofendido". La curación y restitución milagrosa de la pierna es inseparable de esta renovación espiritual del joven.