Ojalá sepas enfrentarte a esta tarea muy fiado de Él. Confía en que Dios jamás te dejará solo, en que, por mucho que flaqueen tus fuerzas, Él te dará toda la ayuda necesaria, todas las palabras que necesites transmitir, todo el empuje y la seguridad de la que precisen las almas. Tú eres su instrumento, su buen amigo al que le ha confiado la tarea que más ama: la de un hermano que sostiene a otro hermano Por eso, déjame que te de la enhorabuena: tienes en tus manos el oficio más grande y más hermoso que Dios jamás pudiera haberte confiado!