El ladrillo es uno de los materiales de construcción más antiguos y su historia se remonta a los orígenes de la civilización. El ladrillo de barro o adobe se inventó entre el 10000 y el 8000 a. C.; el moldeado se desarrolló en Mesopotamia, hacia el año 5000 a. C. Pero el mayor hito fue la invención del ladrillo cocido, en el año 3500 a. C., que permitió la construcción de estructuras permanentes en zonas donde anteriormente no había sido posible. La cocción le dio al ladrillo la resistencia de la piedra, pero con la ventaja añadida de que se le podía dar forma con más facilidad y ofrecía la posibilidad de realizar infi nitas reproducciones de diseños ornamentales.