James Martin tiende puentes entre la vida cotidiana y el evangelio. Como maestro espiritual enseña a las personas a ponerse a la escucha de Dios y su palabra, salvando dificultades como la inseguridad y la falta de tiempo que obstaculizan el encuentro. Fiel seguidor de la oración introducida por san Ignacio de Loyola, Martin ofrece en este libro un camino más cercano para comenzar a seguirla. Es una guía que invita a tantear y degustar sin miedos. Habla de contemplación ignaciana, de oración imaginativa y de composición de lugar para referirse a las propuestas ignacianas y seguirlas desde la propia vida. "Un itinerario que se puede recorrer en el mismo lugar en el que transcurre la vida cotidiana. Un proyecto para realizar solos, o en grupo", dice el escritor José María Rodríguez Olaizola sj en el prólogo.