Actriz, traductora, escritora, periodista, la malagueña Isabal Oyarzábal Smith nos ha dejado en Hambre de libertad, primera parte de sus memorias, un testimonio fundamental para comprender la España del siglo XX. De temperamento inquieto, la polifacética Isabel Oyarzábal dejará su Málaga natal para iniciar en Madrid su carrera como actriz. Allí conocerá a políticos como Manuel Azaña o Fernando de los Ríos y a intelectuales de la talla de Miguel de Unamuno o Pío Baroja. Nombrada en 1936 embajadora en Suecia, defenderá con gran tesón durante toda la Guerra Civil la legitimidad de la República española en todos los foros internacionales a los que asiste. Escrita y publicada originalmente en inglés en 1940, el estilo de Hambre de libertad es ciertamente combativo, con un marcado interés por denunciar la actitud hipócrita de las democracias occidentales hacia la España republicana en unos momentos tan difíciles. Se trata pues de un relato sincero y descarnado de una mujer que ama, por encima de todo, LA LIBERTAD. Como nos dice la escritora malagueña Aurora Luque en el prólogo del libro: «La denuncia de las amenazas contra la libertad de las naciones y el anhelo de libertad propia que es el de cada individuo: estos dos impulsos llenaron la vida de esta mujer excepcional y llenan y desbordan este libro».