El propio planeta está atestado de una vigorosa resonancia, rotunda y expansiva, que, además, presenta un delicado equilibrio. Todos los lugares, con su vasta población de plantas y animales, acaban convirtiéndose en una sala de conciertos, y en todas partes hay una orquesta única que interpreta una sinfonía sin igual, donde el sonido de cada especie encaja dentro de una parte concreta de la partitura. Es una obra maestra muy evolucionada y compuesta de forma natural...