dicen que el rock puede ser un arte excelso. o, también, un bodrio supino. dicen que sus creadores pueden tocar la gloria. o, también, pasearse por el más profundo de sus abismos. por lo tanto, la línea que separa lo sublime de lo ridículo es bastante fina.
en el gran circo del rock hay algo de eso que algunos calificarían como periodismo de investigación, y que no es más que la especial querencia que todos tenemos por el lado oscuro de la fama: cámaras ocultas aunque también visibles , micrófonos escondidos y otros perfectamente localizables , rastreo de documentación destruida y al alcance de todo el mundo ... todo para que su autor se permita alumbrar su particular tesis. a saber: primero, que todos podríamos ser estrellas del rock si nos atendemos a sus actos, algo que no parece tan difícil después de leer estas páginas, y, segundo, que las estrellas del rock se comportan como el resto de los seres humanos, cuando no un peldaño por debajo.
la base de tal afirm