Curas obreros, curas presos, curas santos, curas herejes, curas casados. Si la Iglesia católica salió viva de su maridaje con la dictadura franquista se lo debe al clero que rompió con sus obispos en los años sesenta del siglo pasado para comprometerse con los movimientos de oposición. Muchos acabaron en la cárcel, abandonados por sus jerarcas, con abultadas multas por denunciar torturas o predicar en gallego, catalán o vasco. Los santos y los herejes arden en la misma hoguera, dice ahora uno de aquellos sacerdotes, el exjesuita Francisco García Salve, famoso como Paco el Cura. El historiador Juan Antonio Delgado ha publicado su biografía, presentada el pasado martes en el colegio Gredos, en Vallecas, por el líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, y los abogados Paquita Sauquillo, Nicolás Sartorius y Cristina Almeida. Se titula Francisco García Salve, preso político, cura obrero y sindicalista y de CC OO.