Ajtatón, la ciudad que el faraón hereje ha construido en el desierto, lo envuelve todo en su plácida tranquilidad. Y mientras el país está abocado a la guerra y los desórdenes civiles, los adeptos del nuevo dios Atón se enfrentan a los sacerdotes de la vieja religión. Pero nadie parece darse cuenta de lo que está ocurriendo. Ni siquiera Anjesenpaatón, la hija más joven faraón, que, al convertirse en esposa real, es testigo del desmoronamiento del sueño de su padre, de las insidias que anidan en la corte, de las luchas de poder. Obligada a inmiscuirse contra su voluntad, Anjesenpaatón, tras desposar al joven Tutankamón, descubre la impotencia de su posición y de quienes un día consideró amigos y familiares. Muerto el faraón, su joven marido será quien hará inclinar la balanza de una lucha sin cuartel, cuyo premio será Egipto.