Manual nº10 Colección Manuales del Instituto Superior de Ciencias Religiosas (ISCR)
La Iglesia es madre y es hogar. Es madre, como les gustaba considerar a los grandes autores cristianos
de los primeros siglos. A ella y no al cristiano considerado particularmente, pertenecen esos signos
eficaces de la salvación que son los sacramentos. A ella pertenecen las formas y las normas de esa
nueva existencia que comienza en la pila bautismal, como comienza la vida en el seno materno. Ella es
el principio y la raíz, el suelo y la atmósfera, el alimento y el calor, el todo viviente que va penetrando
la persona del cristiano.
Nacida del corazón abierto de Jesús en la cruz, la Iglesia ha comenzado a vivir antes que nosotros, y así
es posible que nosotros vivamos por ella. Pero no se ama lo que no se conoce. La eclesiología vive del
anhelo por descubrir, saborear y vivir el designio de Dios para la humanidad: hacer de todos una sola
familia en el misterio de la Iglesia, llamándoles a participar de la vida divina.