¿Sigue teniendo sentido hablar de Dios?
Vivimos en una sociedad donde la figura de Dios ha pasado del centro a la periferia, eclipsada por la modernidad, el individualismo y una creciente indiferencia religiosa. Sin embargo, esta aparente ausencia es una oportunidad para redescubrir una fe más profunda y auténtica.
Este libro propone una mirada renovada hacia Dios no como una figura autoritaria del pasado, sino como una Presencia de amor viva, cercana y encarnada en la realidad humana. Lejos de dogmatismos, se nos invita a explorar un cristianismo comprometido con la dignidad, la justicia y el clamor de los pobres.
En una época sedienta de sentido, esta obra ofrece un mensaje vibrante y actual: la encarnación continuada, Dios sigue obrando en el corazón del ser humano, en el amor, la compasión y la búsqueda del bien común. Una invitación a vivir la espiritualidad desde lo humano, con los pies en la tierra y el alma abierta al misterio.