El propósito de Cuaderno de un poeta en Mazagón del poeta sevillano José Antonio Moreno Jurado (1946) sería el de hablar de unas convicciones radicales y sobre las que el poeta nos dice: son mías y morirán conmigo. Con ello, este libro se configura como un breve compendio de tales convicciones, juicios y dictámenes. Y esto tiene, fundamentalmente, un inconveniente del que ya Moreno Jurado nos advierte pronto, al decir que su afán es el de anotar ideas desordenadas, emociones antiguas o sentimientos, recuerdos, las convicciones que me mantuvieron en pie frente a un mundo que gira en la dejadez y la locura. En otras palabras: es una cuestión de empatía, o se está de acuerdo con las certidumbres de Moreno Jurado o no.