La memoria de los llamados "sucesos del 32" en Almonte (Huelva) permanece casi intacta pese a los ochenta años transcurridos desde entonces. Una memoria marcada por la visión que ofreció el diario carlista La Unión y que luego ha sido repetida hasta la saciedad e incluso asumida desde ciertas instancias académicas.
Para que tal cosa ocurriera la realidad fue ocultada, retorcida o simplemente hecha desaparecer. La matanza de 1936 selló el asunto. Sin embargo, la investigación ofrece a veces, incluso de manera casual, resultados sorprendentes. Tantos que parece ya tiempo de que la historia ocupe el lugar que merece en medio de tanta visión interesada.
Así, no vendrá mal que, por una vez, sean las voces de todos las que a través de los expedientes abiertos por el Gobierno Civil y la Guardia Civil iluminen lo ocurrido en Almonte en aquellos meses de 1932. Si a esto unimos informaciones procedentes de otros archivos relativas a la propiedad de la tierra o a los consejos de guerra que afectaron durante varios años a los vecinos de izquierdas, dispondremos de otra visión bastante más completa e interesante de la que ha prevalecido hasta la fecha.