La trayectoria de Colin comienza cuando trabajaba como escultor en el museo de madame Tussaud, el museo de figuras de cera más prestigioso del mundo. Cuando el maquillador británico Stuart Freeborn se encontró con el reto de crear los monos de 2001 odisea del espacio, acudió al taller de escultura de madame Tussaud en busca de colaboradores y allí encontró a Colin Arthur que se embarcó sin pensarlo en la insensata aventura del cine, de la que aún no ha conseguido escapar. Desde entonces ha trabajado en todo tipo de películas, desde grandes producciones (Alien, Conan,La Historia interminable) hasta películas de bajo presupuesto ( Al filo del hacha, la mansión de Chutlhu) y cortometrajes.