Han pasado ya treinta años desde aquellas elecciones de 1982 en las que el PSOE consiguió una aplastante mayoría absoluta
y un hombre en los cuarenta años, Felipe González, se dispuso a dirigir (por primera vez en tiempos de paz) un gobierno
monocolor y socialista. Muchos eran los retos que tenía ante sí, muchos los logros conseguidos entre los que destaca convertir
a España en un país avanzado social, cultural y económicamente y no pocos los errores como la corrupción, el ordenamiento autonómico y las luchas intestinas del partido que quizá aún hoy se siguen pagando.
Joaquín Leguina, con la distancia de los treinta años sucedidos, lleva a cabo en estas páginas un análisis subjetivo como protagonista que fue, reflexivo y crítico de aquellos años. Haciendo especial hincapié en las cosas que a su juicio salieron
mal pero sin obviar los aciertos.
Joaquín Leguina, nacido en Villaescusa (Cantabria) en 1941, fue durante doce años presidente de la Comunidad de Madrid y durante once secretario general de la Federación Socialista Madrileña (PSOE)