POEMARIO. ESCORPIÓN. Yo nací con los labios tendidos hacia el beso, / llevando en la garganta / este tremendo grito / involuntario / y, en el pecho, la curva de un abrazo. / Yo no agité los vientos de mis acantilados / ni levanté clamores en mis mares de sangre; / yo no inventé tormentas ni oleajes / ni puse en el rugido tu nombre y mi llamada. / En mis manos ya estaban las furias retratadas / y mi llanto de niño / fue un llanto de inocente condenado. / Si lastimé tu pecho, no me culpes. / Yo no pedí estas garras / que sin querer afilo entre mis piernas. / He llegado empujado, / vestido con el traje que me dieron. / Yo no crucé tu ruta con la mía.