De Perrodil adoraba lo español, tal es así que se enfrenta al viento, a la lluvia, al calor, al insomnio, a las malas carreteras, al hambre..., al mal vino y a nuestra especial idiosincrasia.
A cambio de todos estos padecimientos, De Perrodil, periodista de Le Petit Journal, nos regala este trepidante testimonio con una prosa aguda, ligera y, en ocasiones, humorística.