Esta obra pone al desnudo el fenómeno del constitucionalismo autoritario en la Venezuela de hoy. Para el autor, esta patología es un sofisticado y perverso disfraz para destruir el Estado de Derecho y sus instituciones, bajo el ropaje de una Constitución liberal democrática y utilizando los propios instrumentos del constitucionalismo, todo con el objetivo final de desarrollar un proyecto antidemocrático y autoritario que ya ocupa un cuarto de siglo en el país suramericano. La propia institucionalidad lleva a cabo el desmontaje o vaciamiento de disposiciones, normas, principios y valores de la Constitución, a través de prácticas o costumbres contra constituciones, vías de hecho, interpretaciones manipulativas de la ley suprema, o la sanción de normas subconstitucionales opuestas al Texto Fundamental, pero no declaradas inconstitucionales por los órganos custodios de la supremacía constitucional, produciendo una caída en su vigor jurídico o su fuerza normativa. En Venezuela, la justicia constitucional, a partir de 1999, se ha encargado de interpretar la Constitución en contra de sus propios postulados, amoldándola a los intereses del gobierno.