Vuelve a nosotros el tiempo de cuaresma, una vez más nos religamos con lo que somos en esencia, puro camino y proceso vital. No repetimos momentos, esta Cuaresma viene deseosa de novedad, de renovación vital y profunda para todos los que se quieran abrir al Espíritu que se derrama en el corazón de los que buscan la luz y la verdad. Caminar es un acto de esperanza, saber que llegaremos a una meta, sin tener la certeza de cómo será el camino, de cómo debemos transitarlo y de qué alegrías y obstáculos nos encontraremos en él. El tiempo cuaresmal, dentro de este año de gracia jubilar en el que la esperanza está puesta en el centro de nuestra vida, nos invita a ponernos en pie, a coger nuestro bastón y una pequeña mochila y avanzar hacia la meta de la Pascua, al encuentro con Aquel que da sentido a la vida y que responde a todas nuestras preguntas. Este libro, que Cáritas nos ofrece, quiere ser una mirada esperanzada, hacia nuestra Iglesia peregrina, que celebra, que vive y que, sinodalmente apuesta por la vida recibida de Dios Padre, que fija su mirada en Dios Hijo para reconocer al modelo de cuidado y autor de la esperanza y que siente la brisa cálida y necesaria del Espíritu Santo, no como un ideal que conseguir, sino como la apertura a la acción cuidadosa del Dios de la historia que, como dice Bonhoeffer, nos introduce en una comunidad «que, consciente de sus tareas, no sucumbe a la gran decepción, comienza a ser lo que Dios quiere y, alcanza por la fe, la promesa que le fue hecha».