Castillo Suárez (Alsasua, 1976), licenciada en filología vasca, trabaja como técnica de euskera en la administración, y es miembro correspondiente de Euskaltzaindia, la Real Academia de la Lengua Vasca. Con una trayectoria de más de 25 años y más de una decena de libros de poemas, posee una de las voces más características de la poesía vasca. Su estilo, sencillo, intenso y emocional, no descuida el uso de ricas imágenes poéticas. Alaska toma el título de un hotel que había junto a la carretera N-1, un gran chalé con mucha historia, abandonado ya desde hace dos décadas, donde la autora iba de pequeña con su padre, lleno siempre de viajeros y turistas. En esta obra, Suárez construye un universo lírico donde el frío, la soledad y la búsqueda interior acompañan a una indagación inmisericorde sobre la naturaleza de las heridas físicas y emocionales. Porque todos tenemos un Alaska en nuestro corazón, un lugar que nos encadena, que recordamos bien o a medias; alguien a quien quisimos pero que hoy no sabemos dónde está. Pero la lluvia llega por sorpresa, como las personas. No se puede hacer nada para detener la llu