Walter Bonatti y Reinhold Messner ocupan un lugar privilegiado dentro de la historia del alpinismo. Dos grandes escaladores que, por desafortunadas circunstancias y a pesar del gran respeto que se profesaban, se mantuvieron alejados durante largos años. En 2004 tuvo lugar su primer encuentro, que marcó el inicio de una tardía pero fraternal amistad. A partir de ese momento ambos descubren que les unen más cosas que las que les separan: una infancia difícil; defensores los dos del alpinismo en estado puro, sin medios artificiales; la búsqueda de la soledad incluso en las situaciones más extremas; los dos luchando contra acusaciones injustas -Bonatti en el discutido suceso del K2 y Messner tras su expedición al Nanga Parbat, en la que perdió la vida su hermano Günther-; finalmente la verdad histórica se impone para ambos, después de largos años de lucha.