María nunca hubiera imaginado al huir de la abadía en la que fue criada por monjas, que fuera de ese protector círculo existiese un mundo tan despiadado y devastador como el que se encontró al salir. Un mundo que se manifestó ante ella como una nueva realidad que abrió sus fauces tratando de engullirla, obligándola a tener que utilizar todos los recursos de los que disponía para poder sobrevivir. Ya que en pleno siglo XVI, nadie estaba a salvo del adoctrinamiento al que se veía sometida la sociedad, encorsetada entre el terror a la estricta disciplina moral que imponía la Iglesia y la férrea racionalidad que dictaba la ciencia, enfrentadas ambas en busca del orden justo. Paralelamente, en la actualidad, una serie de trágicos acontecimientos darán un vuelco para siempre en la vida de María. Esto hará que se plantee olvidar sus orígenes sin pararse a pensar en cómo podría repercutir eso en su destino; enfrentándose contra estereotipos, fantasmas del pasado y situaciones que creía haber superado.