cesare brandi recomienda al viajero que vaya a palermo por
mar, no porque la llegada sea especialmente bella, sino porque
en un algún momento sucederá algo que excederá la belleza
del espectáculo: el viajero sentirá que sus pies ya no tocan el
puente del barco y que navega por mérito propio como una
nave fantasma sobre las olas, no del mar, sino de su propia fantasía.
sicilia no es un país cualquiera, es la tierra misma del mito,
donde de cualquier semilla caída brota una fábula.
¿para quién un viaje a sicilia no ha representado un premio, o
casi el cumplimiento de una promesa? , se pregunta brandi. ni
siquiera en época histórica ha cesado el ser humano de fabular
sobre esta isla, donde lo antiguo resurge de la tierra, convirtiendo
cualquier presencia humana en extraña.
a pesar de sus heridas de guerra y de las ofensas de la mala construcción
reciente, en ningún lugar como en palermo, ni siquiera
en venecia, los mosaicos tendrán mayor fulgor, y en ningún
lugar, ni s