Estamos en un momento en el que, cada vez más, hablamos de imágenes. Ya sea modernas (nuevas imágenes, imágenes de síntesis), ya sea arcaicas (mitológicas, religiosas, pictóricas). Y, entre esas imágenes, están las del cine. Las imágenes del cine son muy preciosas, porque constituyen para dos o tres generaciones en el mundo un auténtico archivo de recuerdos, un tesoro de emociones almacenadas y también una usina de preguntas. Llegó el momento de servirse del cine para cuestionar las otras imágenes -y viceversa. Trafic quiere encontrar, rastrear, incluso inventar los caminos que permitan, a partir de hoy, saber mejor -cómo vivir con las imágenes-. La revista está abierta a todos aquellos que tienen la imagen como pasión primera, el cine en su bagaje cultural y la escritura como segunda pasión. Sin exclusividad y no solo en Francia. Es esencial restituir esa otra -actualidad- que es la de los otros países y culturas del cine. Por ello pediremos a un cierto número de amigos extranjeros (de Nueva York a Moscú) que jueguen ese rol de informantes, incluso de -contrabandistas-, entre las diferentes maneras que el cine tiene, además, de plantear un problema. Serge Daney