Regreso al Metroplitan es en realidad la segunda parte de una trilogía de la que ya se han publicado otras dos obras que, según su autor, transcurren en el cielo: Lenguas de hielo (2012), la primera parte, y Orfeo en Nueva York (2011), la tercera. El libro fue escrito durante su estancia en la ciudad estadounidense: Está escrito en tiempo real, mientras caminaba por la ciudad. Creo mucho en los beneficios del paseo, como Robert Walser, continúa. Fue durante este deambular por la ciudad cuando fueron surgiendo poemas como Desde un solar escombrado en Queens, Vasos mugrientos, La teoría del caos o Porque me faltas invento irreverencias, algunos de ellos plasmados con la extensión mínima de un único verso: Para mí era muy importante el trazo impresionista, y qué mejor trazo que uno o dos versos, añade del Val.