Desde hace décadas, la vida religiosa atraviesa una situación de debilitamiento y de falta de reconocimiento de su propio carisma dentro del cuerpo eclesial. Las reflexiones sobre esta forma de vida, a raíz del Vaticano II, han sido muy fructíferas. El autor de este libro propone un nuevo enfoque basado en términos de distanciamiento con respecto a los valores contemporáneos y de fecundidad en la Iglesia y en el mundo. Este distanciamiento fecundo se realiza en la oración, la vida comunitaria y fraterna, el servicio eclesial, la conversión, el compromiso con la solidaridad...Es necesario salir de la, a veces, pesimista visión sobre el futuro de la vida religiosa para analizar con claridad no sólo sus debilidades, sino también sus fortalezas y sus posibilidades.