La Cuba del siglo xix se dibuja ante la memoria colectiva de Occidente como un paisaje de trapiches, ingenios azucareros y esclavos harapientos. Este siglo, sin embargo, también fue testigo de la guerra por la independencia de la última colonia española en América. Palenque narra la vida de Aurelia, una joven esclava negra que huye al monte en busca de su libertad. Pero este relato no es solamente su historia, sino un ejercicio de imaginación radical, un intento de restituir la dignidad de los pueblos afrodescendientes en Abya Yala. Aurelia es una bisagra entre el mundo de los blancos colonizadores y de los negros que lograron resistir y mantener intacta su cultura, su identidad y sus religiones durante los cruentos siglos de esclavitud y tráfico trasatlántico de personas. Atrapada entre dos realidades antagónicas, será clave para una guerra que no se librará únicamente en el plano físico, sino que en ella intervendrán orishas, abakuás y ngangas.