El cuidado, la atención sanitaria y la práctica clínica diaria requieren hoy una profunda reflexión, motivada por una penetrante crisis en la que el exacerbado biologicismo y cientificismo, la falta de habilidades relacionales y de comunicación, y las constantes reformulaciones y planteamientos éticos y de valores en torno a la persona y a su dignidad terminan afectando a la relación entre profesional sanitario y paciente. También, todos los problemas y dificultades derivados de la gestión, las deficiencias y la falta de recursos contribuyen a tal fin. Como consecuencia, el abordaje de la persona enferma como realidad biopsicosocial queda constantemente en entredicho