Los Estudios Visuales han ampliado los horizontes intelectuales de la Historia del Arte; la imagen ha dejado de ser sólo una forma para convertirse en el epicentro donde confluyen los rasgos, elementos o inquietudes de la sociedad que las contemplaba. Bajo esta perspectiva metodológica, la relación entre cultura escrita y cultura visual ha generado una amplia historiografía en torno a las imágenes medievales, donde la mirada no se centra en su mera condición de objetos artísticos sino en los usos y funciones que desempeñaban. El siglo xiii fue un momento convulso y revelador para la problemática de la imago; tras largas disputas entre partidarios y detractores, las imperantes necesidades devocionales y los debates teológicos aportaron el sustento argumental para legitimar su estatus. Dentro de esta historia de las imágenes, las colecciones de milagros han permitido comprender su construcción cultural tanto a nivel escrito, por recoger la relación con el prototipo a través de lo sobrenatural, como a nivel visual, puesto que formaron parte de los programas iconográficos bajomedievales.