Ana repasa su vida en un momento agridulce: su plácida niñez, su adolescencia trepidante en el Madrid de la Movida... Años de música, diversión y coqueteo con las drogas; de amistad inquebrantable junto a Luis, un espacio físico y humano que la acoge y la protege de su soledad; su autoengaño en la relación adictiva y peligrosa con David, que acaba tras un acontecimiento inesperado. El encuentro con Darian la llenará de ilusión y compensará el escozor de las heridas abiertas, aunque él haya llegado de su país, la antigua Yugoslavia, lacerado por la guerra, el desarraigo y una historia dolorosa que trata de ocultar. La espera del otro ha merecido la pena, pero la felicidad es un estado intenso e inestable; efímero como un suspiro.