Mediante la fuerza evocadora de la poesía, Belli se siente acompañado de sus familiares y amigos ya muertos, y en virtud del predominio de lo espiritual sobre lo material, recobra las amadas presencias del padre o de la madre, identificando sus oficios profesionales con sus valores éticos. La segunda persona del presente del indicativo concede a dichas evocaciones una emocionante e ilusoria realidad. Por consiguiente, amén de un reconfortante consuelo, la poesía para Belli es también el gozoso medio de asomarse al más allá -donde los suyos lo esperan- a través de -todo un largo camino de palabras / desde el terrenal mundo acá creado / a los astros de la celeste bóveda-. Muy lejos estamos ya de aquel deseo del joven Belli -expresado, por ejemplo en Segregación nº 1- de ocultarse bajo la tierra por un demoledor sentimiento de fracaso. Hace ya décadas que el Hada Cibernética recompensa con creces sus viejas aspiraciones de plenitud y Entre cielo y sueloseñala la condición del hombre -perecedera y trascendente a la vez- en pos de la vida