La cantidad de actuaciones caciquiles que se dan en la política extremeña hace necesario revisar ciertos casos. Entre ellos, el de este hijo de emigrantes retornado que llegó a la alcaldía de Carcaboso de la mano de una plataforma ciudadana y que comenzó su revolución verde con un simple gesto: plantando dos tomateras frente al ayuntamiento. Su trabajo de años, reconocido por la UNESCO, incluyó el reparto de lotes de tierra municipal para huertos de consumo, el apoyo de cooperativas transformadoras, el estímulo de la producción y la distribución local, así como la realización de todo tipo de proyectos ecológicos. Alberto Cañedo se topó con una oposición más que dura y acabó su sueño de ser alcalde de una manera impensable: con una inhabilitación de casi dos décadas y la obligación de pagar, entre multas y costas judiciales, más de 120.000 euros. ¿Cómo ha sido esto posible? Este libro trata de ser el espacio que Cañedo no ha encontrado en los medios de comunicación regionales.