Fueron 887 castellanomanchegos los que padecieron encierro, humillaciones y muchos de ellos la muerte en campos de concentración levantados por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Hasta ahora teníamos relatos fragmentarios sobre esos episodios, pero este libro presenta por primera vez una aproximación global a lo que significaron los campos y cómo era en ellos la vida -y la muerte- de quienes por ellos pasaron.