Tarde, noche y madrugada del lunes; amanecer de martes de carnaval en un lugar común donde personajes rebeldes, aislados en Chajama, tapados, casi sin necesidad de máscara, emergen de sus reductos despojados de cualquier interferencia y se expresan como lo haría un grupo de filósofos heterodoxos negando como máscaras su origen y su territorio. Se presentan ante el lector, transformados en personajes cultos y sospechosos de originalidad, imaginables y desconocidos. Ellos festejan tanto en los bordes de los caminos como en salas particulares la fantasía y la tolerancia, donde todo alcance de la imaginación es realizable. Confabulados con las visiones de sus mundos y con la contundencia impenetrable de la oscuridad, se convierten en aventureros con antifaces, escogidos entre sí mismos con la palabra dada en secreto para realizar como valientes un viaje en un carro, provenientes del interior de lacumbre, atraviesan Chajama como una exhalación, cumpliendo las exigencias del viaje, enfrentados a los imprevistos, las traiciones, los cambios, los olvidos, las persecuciones y a un silencio casi definitivo, que sostienen en sus manos como ánimas de dioses con todas las prerrogativas de la existencia y de la muerte, ofreciendo un recorrido sin vuelta. Son viajeros en busca de una transformación del destino; una cita en el baile en la Hoya de los Tapados o una reunión secreta a la misma orilla de la mar.