Fundador del movimiento Arts & Crafts y, según algunos críticos, del propio movimiento moderno, William Morris exhibe en esta selección de escritos (1881-1893) la diversidad de sus intereses (como poeta, escritor, arquitecto, activista político, pintor, impresor, diseñador, artesano) que estaban todos ellos movidos por uno fundamental: humanizar el trabajo convirtiéndolo en goce para el que lo realiza y para quienes contemplan la obra bien hecha; fundir, en suma, en un mismo concepto ética y estética.
Morris defendía que el deseo de crear cosas bellas o la facultad de apreciarlas es algo consustancial a todos los seres humanos y no de una minoría selecta, a la vez que un ingrediente necesario de la vida de todos, si bien esa necesidad básica sólo podía realizarse en una sociedad humanista en la que el trabajo procure al hombre un goce estético.
La importancia que tuvo el movimiento que lanza para preservar el patrimonio arquitectónico y el paisaje rural de Inglaterra fue enorme. Baste comparar el respeto hacia el pasado y hacia el paisaje que existe en el Reino Unido con la ligereza con que en otros países se destruye – y se sigue justificando – el patrimonio cultural o paisajístico invocando una idea de progreso que apenas disimula la codicia y el mero afán de lucro.